De auroras que en sus sueños el viento las desparrama al mar y al cielo,
Son huesos que al amarse con otros huesos crujen una sola melodía,
Es tal el poder de sus fulgores, que les he visto atrancarse costillas,
Cóccix, peroné y mentones; son llamados al umbral de un nuevo cosmos
Donde se enroscan entre más se amen todas sus extremidades.
Este nuevo cosmos del que hoy les hablo, es nada menos que mi lucidez,
Es la parte mas seca de mi organismo donde solo florecen huesos,
Donde nacen los cultivos de cenizas siderales que el sol riega de vida
Y que mueren en las sombras del corazón más despreciable.
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