jueves, 23 de septiembre de 2010


QUIERO DESPERTARME DEL CUERPO
Quiero despertarme del cuerpo con sueños que comen cuerpos en la noche,
Haciendo el sano sacrificio de clavarme astillas de madera negra, comiéndome
La venda de los ojos, agitando ladillas, escupiendo azufre, barajando pestes,
Afinando aullidos a un violonchelo para la obertura del difunto.

Quiero despertarme del cuerpo levantándome del santuario, cruzando las cuatro rejas,
Salir de la casa no volviendo entrar a ella, balbuceando poetas, pernoctando hidalgos,
Confundir epitafios pintándolos con el tinto mi sangre viva, atizando los dolores de siempre, coronando de serpientes mi cabeza para neutralizar el veneno de mis sueños.


SINTONIZADOR DE LAS ERGUIDUCHAS
De noche; en la huelga del día o su mitad rencorosa
Discierno como ajustan los chirimbolos del organismo,
Como se lustra la dermis o como se tiñen las zonas de vista,
Pero lo que más me intriga es ¿como erigen las erguiduchas?

Por ahí he escuchado que se erigen por el oído
Y que el tacto le recuerda al cuerpo el pago de su vigencia,
Pero yo creo que tienen un sintonizador las erguiduchas
Para hacer de los cuerpos apéndice de la tierra y el cielo,
Para atar lazos elípticos y exportarse vida que viaja por espíritus.

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